Estudio CRASH-2: Tratamiento para prevenir muerte por sangrado es mejor en la 1° hora
En el Perú, a diario los hospitales y clínicas de todo el país atienden a pacientes con trauma y son muy recurrentes las muertes por sangrado. Miles de pacientes en toda Latinoamérica mueren por sangrado, al no encontrar un tratamiento oportuno. Para atacar esta situación, una red internacional de investigadores con una participación activa de investigadores peruanos, realizó un estudio que destaca la importancia del tratamiento temprano en pacientes con trauma y el uso de una droga para salvar vidas en el trauma con sangrado.
Un estudio realizado por una red internacional de investigadores sugiere que una hora puede ser la diferencia entre la vida y la muerte cuando se usa el ácido tranexámico en pacientes con trauma y sangrado.
Nuevos análisis del estudio CRASH-2 trial muestran que el rápido tratamiento– preferentemente dentro de una hora de la lesión– disminuye dramáticamente las muertes por sangrados en los pacientes con trauma.
El descubrimiento, publicado en la revista Lancet, tiene importantes implicaciones para Latinoamérica. Aproximadamente en nuestra región 41,000 personas mueren cada año por trauma y sangrado. La administración de ácido tranexámico dentro de la primera hora podría salvar la vida de aproximadamente 13,000 pacientes cada año.
Es fundamental que los pacientes con trauma y sangrado sean llevados al hospital tan rápido como sea posible para recibir este tratamiento en forma temprana. El estudio muestra que si el tratamiento se retrasa mas allá de las 3 o 4 horas luego de la lesión, es poco probable que sea efectivo e inclusive puede ser perjudicial.
El estudio CRASH-2 reclutó 20,211 pacientes adultos con trauma, con o en riesgo de sangrado significativo, en 40 países, quienes fueron aleatorizados a recibir ácido tranexámico o placebo dentro de las ocho horas de la lesión. Más de 5,000 pacientes de fueron reclutados en Latinoamérica en este estudio. Este estudio, que fue primero publicado en Lancet en el pasado Junio, mostró que el la administración de ácido tranexámico (que reduce la ruptura de coágulos) reduce la mortalidad en aproximadamente un 10%.
Sin embargo, este último análisis tuvo como objetivo evaluar la relación entre el tiempo de administración y el efecto de la droga. Para este nuevo trabajo los autores evaluaron el efecto en el subgrupo de pacientes que recibieron ácido tranexámico dentro de la primera hora de la lesión, entre una y tres horas, o después de tres horas.
El tratamiento temprano (dentro de la hora de la lesión) redujo el riesgo de muerte por sangrado en más de un 30%. El tratamiento administrado entre una y tres horas redujo el riesgo en un 20%, pero no hubo beneficio en los pacientes que recibieron el tratamiento más allá de las tres o cuatro horas.
Actualmente en el Perú esta droga se encuentra disponible en el mercado como medicamento genérico, sin embargo la misma no es utilizada por los principales hospitales y clínicas del país ni tampoco en la atención pre-hospitalaria, es decir, durante el traslado de los pacientes a los hospitales. Invocamos a las autoridades que tomen especial atención en este tema y puedan sacar provecho al presente estudio a favor de la población afectada.
Nota para los editores: El ácido tranexámico es una droga antigua sin patente, barata, de fácil uso, efectiva y segura para el manejo de sangrados producidos por traumas. Esta es manufacturada por diferentes compañías. Hasta la reciente publicación del Estudio CRASH-2 esta droga se usaba fundamentalmente para metrorragias.
Texto completo del artículo disponible en: http://www.thelancet.com/crash-2
Para más información o entrevistas contactarse con:
Dr. Jaime Miranda Coordinador Nacional Perú, Estudio CRASH-2 Director, CRONICAS – Centro de Excelencia en Enfermedades Crónicas Universidad Peruana Cayetano Heredia, Lima, Perú Celular: 990-041-045 /// RPM #344175 /// 987-562-091 (RPC) E-mail: crash.peru@gmail.com
Dr. José Caballero, Jefe de Emergencia, Hospital Regional Docente, Trujillo, 949-164-257.
Dr. Raúl Yepez, Hospital Nacional Sergio E. Bernales, Lima, 999-962-145. Dr. Alonso Soto, Hospital Nacional Hipólito Unanue, Lima, 996-128-953.
Recomendaciones para el tratamiento farmacológico de la Hiperglicemia en DM2
Documento de Concenso
La diabetes tipo 2 es una enfermedad caracterizada por una hiperglucemia crónica secundaria a un doble mecanismo patogénico: resistencia a la acción de la insulina asociada a un fallo progresivo en la secreción pancreática de insulina. La resistencia insulínica suele mantenerse a lo largo de la evolución de la enfermedad, pero puede mejorar con modificaciones en el estilo de vida (terapia nutricional y ejercicio), con la consecución de unas características antropométricas más favorables y con algunos fármacos. El fallo progresivo de la secreción de insulina pancreática aconseja adoptar una actitud precoz y activa, con un incremento progresivo de la dosis y el número de fármacos para mantener los objetivos de control.
Manejo de anemia en enfermedad renal crónica
Guia NICE publicada en febrero 2011
Chronic kidney disease (CKD) is not the most common cause of anaemia in the UK, but data from different sources suggest that nationally there are around 100,000 people with the combination of CKD and a low haemoglobin level. Anaemia in this context is important because it contributes significantly to the heavy symptom burden of CKD, and because it is potentially reversible with appropriate treatment, including erythropoietin. Erythropoietin is naturally produced by the kidneys and has been available in synthetic form for the treatment of anaemia of CKD since 1989, but it remains a fairly expensive product and its usage is not straightforward. Moreover, it will not necessarily be the only therapy required for optimal treatment. Against this background, the present guideline has been commissioned to address the appropriate management of anaemia of CKD for patients in the NHS.
TEXTO COMPLETO PDF –> http://www.nice.org.uk/nicemedia/live/13329/52851/52851.pdf
Optimal Therapy for Helicobacter pylori Infections
From Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology
Abstract
Although Helicobacter pylori infection is both a common and a serious bacterial infection, antimicrobial therapies have rarely been optimized, are prescribed empirically, and provide inferior results compared with antimicrobial therapies for other common infectious diseases. The effectiveness of many of the frequently recommended H. pylori infection treatment regimens has been increasingly compromised by antimicrobial resistance. Regional data on the susceptibility of strains of H. pylori to available antimicrobials are sorely needed. Noninvasive molecular methods are possible to assess clarithromycin susceptibility in isolates obtained from stool specimens. As a general rule, clinicians should prescribe therapeutic regimens that have a ≥90% or, preferably, ≥95% eradication rate locally. If no available regimen can achieve a ≥90% eradication rate, clinicians should use the most effective regimen(s) available locally. Eradication of infection should always be confirmed after treatment in order to provide feedback regarding local effectiveness and an early warning of increasing resistance. In most regions of the world, four-drug treatment regimens, including a PPI plus three antimicrobials (clarithromycin, metronidazole/tinidazole and amoxicillin), or a PPI plus a bismuth plus tetracycline and metronidazole provide the best results. Standard triple therapy (a PPI, amoxicillin and clarithromycin) should now be avoided owing to increasing resistance to this treatment.
Fiebre en el Anciano : Emergency Medicine Practice
JUST as “children are not little adults,” the elderly cannot be considered superannuated specimens. Physiologic and behavioral differences demand that emergency physicians manage illness in the elderly differently than we do in younger adults. In fact, two central medical principles used for children can be applied to the elderly: Patients are more vulnerable, and symptoms are much less specific. This issue of Emergency Medicine Practice will address the unique issues involved in assessment and treatment of the febrile senior. Special attention is given to differences in presentation between the infected elderly and younger adults. We also emphasize changes in management due to comorbid disease. The specific recommendations for disposition and antibiotic therapy are tailored to the ED setting.
https://www.ebmedicine.net/topics.php?paction=showTopicSeg&topic_id=105&seg_id=2005
EN PDF TEXTO COMPLETO Fever_In_The_Elderly_How_To_Surmount_The_Unique_Diagnostic_And_Therapeutic_Challenges[1]
2010 American Heart Association Guidelines for Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care Science
18, Octubre 2010
ABC to CAB an more…
http://www.youtube.com/americanheartassoc
http://circ.ahajournals.org/content/vol122/18_suppl_3/
Statistics at Square One BMJ- Libro de estadistica online
Statistics at Square One
Ninth Edition
T D V Swinscow
Revised by M J Campbell, University of Southampton
Copyright BMJ Publishing Group 1997<!–
All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means, electronic, mechanical, photocopying, recording and/or otherwise, without the prior written consent of the publishers.
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Contents
Preface
1 Data display and summary
2 Mean and standard deviation
3 Populations and samples
4 Statements of probability and confidence intervals
5 Differences between means: type I and type II errors and power
6 Differences between percentages and paired alternatives
7 The t tests
8 The chi-squared tests
9 Exact probability test
10 Rank score tests
11 Correlation and regression
12 Survival analysis
13 Study design and choosing a statistical test
http://resources.bmj.com/bmj/readers/statistics-at-square-one/statistics-at-square-one
¿Debe administrarse tratamiento antibiótico prehospitalario en la sospecha de sepsis meningocócica?
EVIDENCIAS EN PEDIATRIA
La enfermedad meningocócica es la infección más grave en la edad pediátrica. A pesar de los avances en prevención, como la vacuna contra el meningococo C, y la mejoría en el tratamiento intensivo, la mortalidad sigue siendo muy elevada, alrededor del 10 % en las sepsis graves1, produciéndose secuelas muy limitantes como amputaciones de miembros y encefalopatía en algunos supervivientes. Una de las características más importantes de la sepsis meningocócica es su rapidez de evolución, siendo mayor cuanto menor es la edad del niño, y puede llevar al fallecimiento del paciente en muy pocas horas. El diagnóstico y tratamiento precoces son, por tanto, factores pronósticos esenciales. En los últimos años se han validado diversos índices pronósticos clínicos y analíticos que ayudan a valorar la gravedad de la sepsis meningocócica al ingreso en el hospital, y permiten distinguir los casos más graves e iniciar un tratamiento precoz más agresivo2,3. A pesar de ello, un porcentaje significativo de niños con sepsis meningocócica es inicialmente mal diagnosticado y el tratamiento se instaura excesivamente tarde. Un estudio reciente realizado en Inglaterra analizó de forma retrospectiva el tiempo de aparición de los síntomas en 448 niños con enfermedad meningocócica4. La mayoría de los niños presentaron signos inespecíficos como fiebre, iriritabilidad, disminución del apetito, somnolencia o vómitos en las primeras 4 a 6 horas de la enfermedad, mientras que los signos clásicos de la enfermedad meningocócica (exantema petequial, alteración de la conciencia o signos meníngeos) aparecieron tardíamente, entre las 12 y 24 horas. Sin embargo, un 72 % de los niños presentó en las primeras 8 horas otros signos como dolor de piernas, manos y pies fríos y color de piel anormal, que pueden sugerir el inicio de una sepsis. Un dato importante a destacar es que sólo el 51 % de los niños fue enviado al hospital tras la primera consulta, siendo la mediana del tiempo entre el inicio de los síntomas y el ingreso hospitalario de 19 horas4. A pesar de que la validez de este estudio es limitada ya que se realizó mediante encuestas retrospectivas a los padres, sus resultados destacan la escasa utilidad de los síntomas clásicos de enfermedad meningocócica para el diagnóstico precoz de la enfermedad y subrayan la importancia de valorar otros signos más precoces de sepsis como la alteración de la coloración de la piel o la frialdad de extremidades. Lamentablemente, estos signos tampoco son específicos y otras enfermedades infecciosas de menor gravedad pueden producirlos, sobre todo en el momento del ascenso febril. Por otra parte, diversos estudios han demostrado que el tratamiento hospitalario precoz de los pacientes con sepsis, fundamentalmente la expansión con líquidos y la administración de antibióticos, mejora de forma significativa el pronóstico. Por esta razón se han desarrollado campañas internacionales de diagnóstico y tratamiento precoz de la sepsis5. Sin embargo, existen todavía pocos estudios que hayan analizado la eficacia del tratamiento prehospitalario en pacientes con sepsis. Un estudio retrospectivo reciente en niños con sepsis encontró que la expansión con líquidos prehospitalaria mejoraba significativamente el pronóstico6. Como el tratamiento antibiótico precoz es un factor pronóstico importante en la sepsis, parece lógico pensar que, si el paciente es diagnosticado en el medio prehospitalario, este tratamiento debe ser iniciado sin esperar a su llegada al hospital. Sin embargo, no existen suficientes evidencias científicas que apoyen claramente la utilidad de esta medida, y es muy probable que nunca se obtengan, ya que es éticamente rechazable y prácticamente imposible realizar estudios prospectivos aleatorios sobre este tema. La revisión sistemática realizada por Hahné y cols7, sólo encontró estudios observacionales de cohortes, cuyos resultados son aparentemente sorprendentes. El tratamiento antibiótico oral previo al ingreso en el hospital parece disminuir la mortalidad de la sepsis meningocócica, mientras que con la antibioterapia parenteral los resultados son contradictorios9-12. En algunos trabajos, como en el reciente estudio publicado por Harnden y cols y valorado críticamente en este número de «Evidencias en Pediatría» 8, los pacientes que recibieron antibióticos prehospitalariamente por vía parenteral presentaron mayor mortalidad. Esto puede ser debido a un sesgo en la selección del tratamiento, ya que los pacientes más graves probablemente hayan recibido antibioterapia por vía parenteral y los que presentaban clínica más leve por vía oral. Además, en la mayoría de estos estudios no se ha podido controlar ni analizar el efecto de muchas variables que influyen significativamente en el pronóstico de la sepsis meningocócica como el serotipo del meningococo, la edad del paciente, la rapidez en la evolución de la enfermedad, la precocidad del diagnóstico y tratamiento, el tratamiento intensivo de las complicaciones, etc. Ante la falta de evidencias científicas es necesario realizar un análisis crítico de los posibles beneficios y riesgos del tratamiento antibiótico precoz. Los beneficios de la antibioterapia prehospitalaria son potencialmente importantes ya que como se ha señalado anteriormente, el tratamiento antibiótico precoz mejora el pronóstico de los pacientes con sepsis, y a mayor precocidad de inicio del tratamiento mejor es el pronóstico. Los posibles inconvenientes de la antibioterapia precoz son el retraso en el traslado al hospital y en el inicio de otras medidas terapéuticas; el riesgo de dificultar el diagnóstico clínico posterior y de impedir un diagnóstico microbiológico de certeza y la generalización del uso de antibióticos. El tratamiento prehospitalario de la sepsis no debe retrasar el traslado al hospital, y por tanto, es necesario valorar en cada caso el tiempo necesario para administrar el antibiótico y lo que puede tardar el traslado al hospital. Es evidente que no se pueden aplicar los mismos criterios de actuación en un centro de salud de una ciudad con un servicio de traslado médico bien organizado que en un centro de salud rural alejado del hospital de referencia. Es frecuente que si el paciente con sepsis meningocócica ha recibido tratamiento antibiótico prehospitalario, los cultivos sean negativos. Sin embargo, el perjuicio de impedir un diagnóstico microbiológico de certeza debido a la antibioterapia previa es poco importante en comparación al posible beneficio. El diagnóstico de la sepsis meningocócica sigue siendo fundamentalmente clínico y la evolución no se altera por el hecho de poder identificar el germen. Por otra parte, como la sensibilidad del meningococo a las penicilinas y cefalosporinas sigue siendo elevada, no existe un riesgo real de retrasar o impedir un tratamiento antibiótico específico como puede ocurrir en otras infecciones. Actualmente vivimos una época de prescripción excesiva de antibióticos ante procesos infecciosos de probable etiología viral y de escasa gravedad. Los pediatras españoles estamos, en general, concienciados de la importancia de evitar el uso generalizado de antibióticos, que aumentan el riesgo de sobreinfecciones, predisponen a la aparición de resistencias e incrementan inútilmente el coste sanitario. Sin embargo, la incidencia de la enfermedad meningocócica es relativamente baja y su resistencia a los antibióticos es todavía escasa. Por estas razones, no es probable que el tratamiento antibiótico prehospitalario en los niños con sospecha de enfermedad meningocócica contribuya al uso indiscriminado de antibióticos en la infancia ni a la creación de resistencias. Si se decide administrar antibiótico ¿Cuál se debe utilizar y por qué vía? El tratamiento antibiótico de elección en la sepsis meningocócica es la penicilina, o las cefalosporinas de tercera generación si existe la duda de que pueda tratarse de una sepsis por Hemophillus influenzae. La vía de administración de elección es la intravenosa debido a su rapidez de acción. Sin embargo, en atención primaria y sobre todo en niños pequeños con signos de hipoperfusión tisular, la canalización de una vía venosa periférica puede ser muy complicada y retrasar el inicio del tratamiento. Por ello, en los casos en que se va a realizar pronto el traslado al hospital es más práctico administrar el antibiótico por vía intramuscular, aunque su absorción en pacientes con shock puede estar disminuida. En los pacientes en que el traslado al hospital se va a retrasar, y a la espera de la llegada de los servicios de traslado, se debería intentar canalizar una vía venosa periférica para administración de líquidos y antibióticos. Si esto no fuera posible se debe administrar la primera dosis de antibiótico por vía intramuscular. La antibioterapia oral sólo está indicada en los casos en que no se pueda administrar antibiótico por vía parenteral. En conclusión, aunque no existen claras evidencias científicas que apoyen la antibioterapia prehospitalaria en la sospecha de enfermedad meningocócica, debido a la extraordinaria gravedad de la enfermedad y su rapidez de evolución, y a que el tratamiento no produce perjuicios y probablemente sea beneficioso, es razonable recomendar el inicio del tratamiento antibiótico prehospitalario por vía parenteral ante cualquier niño con sospecha de enfermedad meningocócica. Esta medida no debe retrasar el traslado al hospital ni el inicio de otras medidas terapéuticas. Por último, es importante volver a subrayar que el factor pronóstico fundamental es el diagnóstico precoz. Hay que insistir por tanto en la educación sanitaria de la población general, médicos de familia y pediatras de atención primaria y hospitalarios, para que aprendan a valorar los signos precoces de la sepsis y distinguirla de los procesos febriles probablemente benignos. En cualquier caso, al contrario que en la mayoría de los procesos febriles en la infancia en los que se puede mantener una actitud expectante, ante la menor sospecha de enfermedad meningocócica es mejor ser prudente y trasladar al niño de forma urgente al hospital.
Cómo citar este artículo López-Herce Cid J. Should antibiotics be given before admission when meningococcal disease is suspected ? Evid Pediatr. 2006;2:65.
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